También estamos en la ciencia
El 11 de febrero fue el día internacional de las mujeres y las chicas en la ciencia. Un día para visibilizar y reconocer el trabajo de las mujeres científicas, que se lleva celebrando desde el 2005. El mes de febrero es sin duda un mes para reivindicar y romper los estereotipos. ¿Os animáis a hablar de ciencia en femenino?
¿Por qué no conocemos a las mujeres científicas? ¿Por qué sigue siendo necesario el día internacional de las mujeres y las niñas científicas? Son algunas de las preguntas que nos plantea este día. Y la respuesta es clara: para que además de conocer y reconocer a estas mujeres, se abra camino a las que vienen, y a las que vendrán.
¿Qué imagen tenemos en mente cuando hablamos de CIENCIA en mayúsculas? Números, probetas, hombres blancos mayores con bata blanca, gafas y barba o bigote.
Esa visión restrictiva de la ciencia ha sido, de alguna manera, la que ha dejado de lado a las mujeres. Y es que las mujeres han sido inventoras y creadoras siempre. Siempre han hecho descubrimientos, pero los realizados en el ámbito femenino (feminizado) nunca han sido denominados CIENCIA en mayúsculas. Por otro lado, hemos olvidado, o nos han hecho olvidar esos nombres, apellidos y caras de mujeres que abrieron camino en el mundo matemático, tecnológico y científico, y, además, en muchos de los casos los compañeros o los maridos se apoderaron de las ideas y los inventos de ellas. Por todo ello, es importante recordar y reivindicar sus nombres y sus trabajos: no solo un día al año, sino todos los días del año.
Hemos recogido algunos de los nombres más relevantes de científicas que han hecho historia, aunque podemos encontrar muchísimas más: la astrónoma Caroline Herschel (1750-1848), las matemáticas Ada Lovelace (1815-1852) y Maryam Mirzakhani (1977-2017), la física y química Marie Curie (1867-1934), la física Rosalind Franklin (1920-1958), la fitopatóloga Segenet Kelemu (1957), las bioquímicas Margarita Salas y Elizabeth Blacjburn (1948), la doctora en medicina Flora Pablo (1952), la psicóloga social Marie Jahoda (1907-2001), la psicóloga del desarrolllo Charlotter Bühler (1893-1974) o la enfermera Forence Nightingale (1820-1910), entre otras muchas.
De todas formas, cave recordad que no sólo las mujeres han desaparecido de los libros de historia, ciencia o tecnología. Sino que han borrado a casi toda persona que no cumpliera con todas las características de un CIENTÍFICO en mayúsculas. Por lo tanto, queremos reivindicar todos eso cuerpos expulsados a los márgenes para visibilizarlos, conocerlos y reconocer su aporte en la ciencia. Queremos poner a las mujeres científicas encima de la mesa, pero sobre todo, queremos ponerlas en los libros y materiales de nuestras escuelas, en nuestro curriculum. Rompamos con todos los estereotipos y alimentemos imaginarios diversos para poder abrirles y allanarles el camino a las científicas del futuro, y, también, como no a nosotras mismas: vamos a descubrir, conocer e inventar el mundo, como lo hemos hecho siempre, pero sin olvidarnos de ninguna.