CUERPO 10... MODELO INALCANZABLE
La belleza hegemónica es la única forma que tiene una sociedad de entender la belleza; de tal forma que se fomenta y se considera que lo bello es único y de una forma determinada, y todo lo que no se parece queda fuera de esta clasificación en el ranking de lo atractivo.
Nos lanzan mensajes a través de los medios de comunicación y las redes sociales, el cine, el arte, la publicidad, la moda y sus tendencias… para generar unas expectativas y cánones de belleza que son prácticamente imposibles de conseguir de una manera natural y saludable.
La delgadez extrema (ese 90-60-90 que sigue viéndose en todos los escaparates), unos músculos de superhéroe, unos ojos grandes como búhos, los labios carnosos, un pelo precioso, absolutamente nada de vello en ninguna otra parte del cuerpo…
Es prácticamente imposible cumplir con unos estereotipos que son tan duros, que cada vez son más estrictos y están tan relacionados con un sistema binario, clase, etnia, religión… donde nadie puede salirse fácilmente de esos parámetros y al mismo tiempo, nadie puede cumplir sin esfuerzos los estándares de belleza que nos venden.
Para poder alcanzar esa ‘belleza’ necesitamos comprar productos cosméticos, adelgazantes, apuntarnos a mil y una clases de tonificación, crossfit, depilarnos con láser, ir a la peluquería cada dos por tres, limpiezas de cutis, manicuras y pedicuras, extensiones de pestañas, taconazos de diferentes alturas y colores, sujetadores y pantalones push up...
Las nuevas necesidades que nos propone la sociedad capitalista están muy ligadas a esa belleza hegemónica y el consumismo. Se mueven ingentes cantidades de dinero en productos cosméticos, tratamientos adelgazantes y para la ´salud’, para el deporte…
¿Es tan necesaria la crema, el sérum, el tónico… como el agua, la comida y un techo en el que vivir?
¡HAGÁMOSLE FRENTE!
“Me quiero tal y como soy” o “mi cuerpo es así y me acepto” son frases que se escuchan en un discurso que pretende conseguir el empoderamiento individual, pero la responsabilidad no es solo nuestra. Nosotras no hemos creado los estereotipos ni los cánones de belleza; pero nos influyen e incluso a veces los replicamos. El feminismo nos ayuda a romper estas normas pero nosotras solas no podemos hacerlo. Es una cuestión colectiva, de toda la sociedad.
¿CÓMO PODEMOS HACER FRENTE A LOS ESTEREOTIPOS?
- Identifica las críticas que haces a tu cuerpo. ¿Por qué criticamos nuestro cuerpo? ¿Qué queremos expresar?
- Escribe cómo te sientes cuando sientes que un complejo te está estropeando el día. ¿Por qué me siento así? ¿Qué ha hecho que me vengan esos pensamientos?
- Si insultan o critican a un/a compañero/a por no seguir los cánones de belleza, nos insultan a todos/as. Actúa cuando percibas una crítica.
- Haz deporte porque quieras, y no por miedo a engordar! Disfruta del chute de endorfinas y no del número de calorías quemadas.
- Cuídate por dentro y por fuera. Evita las dietas que te hacen pasar hambre y te imponen comidas prohibidas. Sé fiel a tus necesidades y no a normas impuestas, ¡nadie conoce tu cuerpo mejor que tú! Investiga qué es lo que mejor te sienta, física y mentalmente.
-Trabajemos en colectivo las inseguridades que nos generan estos estereotipos, y hagámosles frente con autodefensa feminista y talleres de nuevas masculinidades.
-Comencemos a lanzar mensajes inclusivos, empoderadores y equitativos en nuestras RRSS.
Y recuerda siempre: que mereces ser querida y deseada.